Clowd

Historia

La historia de Cloud es una de las más conmovedoras que hemos vivido. Este pequeño es un milagro para nosotros.

Descubrimos a Cloud un día, de camino a casa, después de un largo día en el refugio. Caminaba muy despacio en un terreno baldío lleno de basura. Al acercarme a él, noté que era solo un cachorrito de 2 o 3 meses, flaquito, débil, sucio y lleno de lagañas y moquitos. Mi primer instinto, como siempre, fue llevarlo conmigo, pero el miedo a que tuviera moquillo me detuvo, ya que en mi casa tenemos varios perritos en hogar temporal. Prometí a Cloud regresar por él al día siguiente para llevarlo al refugio. Le di alimento y me fui con el corazón destrozado por dejarlo en ese lugar.

Al día siguiente volví al mismo lugar a primera hora, pero Cloud no estaba. Recorrí calle tras calle por los alrededores del pueblo, sin éxito. No estaba por ningún lado. Esta fue mi rutina durante aproximadamente dos semanas, calle por calle, casa por casa, y nada. Finalmente, un día, en nuestro recorrido diario, nos percatamos de una manita blanca en medio de la calle. Un pequeño había sido atropellado. Una manita blanca, igual a la de Cloud. ¡Cómo lo había dejado ahí! ¡Por qué no me lo llevé! Se me deshizo el corazón.

Pasaron los días y las noches sin poder dormir, llena de remordimiento, y finalmente tuve que tratar de resignarme. Este pequeño había tocado mi corazón de una manera muy especial. Con el tiempo, un día en que no me sentía bien, pasé por el mismo lugar donde encontré a Cloud aquella vez. Busqué una vez más en ese terreno lleno de basura y ahí estaba... ¡Era él! ¡Había regresado y estaba bien! De inmediato bajé del coche, fui por él y lo llevé al refugio.

Cloud creció apapachado y feliz en el refugio. Su condición mejoró muchísimo y lo que pensamos que era moquillo no lo fue. Empezó a salir al campo como parte de la manada y lo fuimos introduciendo al resto de los perros poco a poco. Todo parecía ir perfecto, pero un día, temprano por la mañana, al llegar al refugio, me di cuenta de que apenas podía caminar. Al acercarme a él, noté que tenía una herida enorme en un lado de su cuello y entre las costillas. No podía creerlo, alguno de los otros perros con los que compartía perrera lo había mordido y muy fuerte. De inmediato lo subí al coche y salí corriendo al hospital; no sabía si lo iba a lograr. Fueron momentos horribles. Al llegar al veterinario, nos dimos cuenta de que tenía dos heridas muy profundas y no sabíamos si habían afectado algún órgano interno. Las radiografías demostraron que, gracias a Dios, no lo habían afectado internamente, pero eran heridas tan significativas que tuvo que permanecer tres semanas internado, tomando antibióticos, antiinflamatorios, analgésicos y recibiendo limpieza de sus heridas dos veces al día. Finalmente, Cloud superó la etapa crítica. Pudo irse a casa, pero siguieron sus limpiezas y sus medicamentos. Por si fuera poco, desarrolló una tos severa, lo que nos obligó a seguir con su régimen de analgésicos y antibióticos por más tiempo. Después de muchos días de cuidados intensivos, las heridas de Cloud y su tos finalmente empezaron a ceder. Después de permanecer varias semanas conmigo en hogar temporal, regresó al refugio.

Hoy, Cloud es un perrito feliz, ha vuelto a correr por el campo con los demás perritos, y todos los días nos demuestra lo agradecido que está, llenándonos de besos, moviendo la colita y con una enorme sonrisa en su carita.

Todos en Defensoria Animal estamos inmensamente felices de que este pequeño esté bien después de todo lo que ha vivido, lo amamos. Pero ahora nos toca cubrir sus cuentas veterinarias y de hospitalización, las cuales son bastante elevadas.

Ayúdanos a cubrir las cuentas veterinarias de Cloud eligiéndolo como tu apadrinado. Estarás haciendo una gran diferencia y apoyándonos inmensamente.

Recuerda que con tu donativo recibirás noticias, fotos y videos de tu apadrinado para que seas testigo de la evolución de tu perrito.

¡Gracias por ayudarnos a cambiar vidas!